Todo el mundo conoce el té verde, el té negro e incluso el rojo. Pero el té blanco podríamos decir que es el gran desconocido y sin embargo supera con creces las propiedades del resto de tés. Conoce todo sobre el té blanco.
El té blanco es uno de los antioxidantes más potentes que podemos encontrar en la naturaleza, por encima incluso del té verde. La excelencia del té blanco radica en que se hojas y tallos se recogen directamente de las plantaciones y el único proceso posterior que reciben es el secado, nunca se procede al proceso de vapor que provoca la oxidación; de esta forma el té blanco llega a nuestra mesa con todas sus propiedades.
¿Qué propiedades tiene el té blanco?
- Potentísimo antioxidante, ayudando a tener nuestras defensas a raya, además de ayudarnos contra el envejecimiento prematuro. Estupendo para la salud y la belleza de nuestra piel.
- Antibacteriano y antiviral. El té blanco combate numerosas infecciones. Es eficaz para el resfriado,la gripe e incluso ayuda a calmar algunos síntomas del VIH.
- Anticancerígeno. Gracias a su contenido en flavonoides. Hay estudios que demuestran que es eficaz para prevenir un buen número de diferentes tipos de cáncer.
- Bueno para rebajar el colesterol, debido a su contenido en catequinas
- Protector del corazón. Las investigaciones afirman que tomando 2 tazas al día de té blanco se reducen hasta la mitad las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco.
- Un buen aliado de nuestros huesos. Gracias al fluoruro entre otros nutrientes, el té blanco ayuda a tener nuestros huesos y nuestros dientes más sanos y fuertes, previniendo enfermedades como la osteoporosis o la caries. Además combate el mal aliento.
- Disminuye el estrés y aumenta la energía.
- Reduce el azúcar en sangre y ayuda a aminorar la diabetes.
¿Es difícil encontrar el té blanco?
El té blanco es un té muy fácil de encontrar y su precio es parecido al del té verde. Se puede encontrar en herbolarios, tiendas de especias e incluso algunos supermercados.
¿Cómo se prepara el té blanco?
Tan fácil como añadir el té blanco a agua caliente y dejarlo reposar. No dejar nunca que hierva.
