Para las personas que están llevando dietas baja en calorías, o un plan de nutrición libre de azúcar por padecer diabetes, es muy importante encontrarse con un edulcorante que no limite su acción en el proceso de los alimentos a la hora de preparar sus recetas de comidas y bebidas. En esta oportunidad hablaremos de la sucralosa por su variabilidad.
La sucralosa, se produce mediante la modificación de la estructura molecular de la sacarosa, sustituyendo selectivamente tres grupos de hidroxilo con tres átomos de cloro. Con este proceso se genera un nuevo producto no calórico, de alta estabilidad y solubilidad en agua, de sabor similar al azúcar.
Cabe destacar, que el sabor de la sucralosa no sólo es similar al del azúcar, sino que endulza unas 600 veces más. Por lo que es fácilmente adquirido en tratamientos de salud que incluyen dietas para tratar la obesidad, y en el plan de nutrición para diabéticos.
En cuanto a la estabilidad, podemos apreciar la inalterabilidad del sabor de la sucralosa al ser sometida a temperaturas altas, como también en bajas, lo que constituye un gran diferencial. Ese atributo convierte a la sucralosa en el edulcorante ideal para alimentos cuya elaboración implique cocción u horneado prolongado.
Es también estable en congelamiento. Su alta estabilidad en almacenamiento de alimentos y bebidas, posiciona a la sucralosa como una excelente opción para ser utilizada por la industria gastronómica. Experimentos en alimentos carbonatados elaborados con sucralosa, revelaron que luego de un año de almacenamiento, la sucralosa se mantuvo inalterada.
Pruebas de horneado de hasta 230 grados centígrados, demostraron su estabilidad, convirtiendo a la sucralosa en el edulcorante ideal para postres bajas calorías que requieren prolongada exposición a altas temperaturas.