«De Re Coquinaria» es el único libro de recetas de la Antigua Roma que ha pervivido hasta nuestros tiempos; es por esto que goza de gran interés tanto para filólogos como historiadores. De hecho en muchos Museos en los que se realizan actividades lúdicas para dar a conocer la Antigua Roma realizan banquetes al más puro estilo Romano utilizando este libro para elaborar los platos. ¿Quieres saber y sorprender a tus invitados con algunas de sus recetas? Pues sigue leyendo…
A continuación te damos algunas recetas de este famoso libro adaptadas a los tiempos de hoy.
- Huevos escalfados. Son huevos escalfados con un aliño de vino y garum. Si quieres puedes hacer los huevos escalfados o cocidos y añadirles una salsa de anchoas, aceite, vino aromatizado, pimienta molida y miel. Un entremés riquísimo y saludable.
- Aperitivo de Marcial. Esta receta se puede realizar tal cual. Tan sencillo como poner sobre una base de hojas de lechuga anchoas, huevos duros, aceitunas negras,alcaparras, aceite y pimienta.
- Huevos fritos. Muele unos cuantos granos de pimienta y mézclalos con aligustre (los puedes sustituir por una hoja de laurel) y piñones. Pon en una sartén 1 cucharadita de miel, 1 cucharadita de vinagre, 2 cucharadas de salsa de soja y 2 cucharaditas de pasta de anchoas o anchoas picaditas. Añadele la pimienta, el laurel y los piñones y deja que se haga un poquito e incorpora los huevos. Cocina a fuego lento.
- Pollo en salsa. En lugar de cocer como dice la receta original, frie el pollo en aceite de oliva, puerros y cilantro y añádele anchoas picadas (en lugar de garum) y vino. Finalmente añádele pimienta y piñones mezclados con leche y claras de huevo batidas y déjalo hervir.
- Sémola dulce. Otra receta que es prácticamente igual a la original. Por sémola puedes utilizar la sémola de cus-cús que venden en cuaquier supermercado.Cuécela, suele tardar un minuto más o menos y esparcela sobre un molde. Si quieres puedes añadirle una vez que la hayas sacado un poquito de mantequilla vegetal para darle más sabor y textura o un poquito de aceite de oliva. Cuando esté fría sácala del molde cortala en trocitos y fríelo en aceite. Sácalas y añádeles miel y pimienta (esto último lo veo más opcional). El resultado es muy parecido al de las torrijas de Semana Santa.
¿Curioso no? Pues anímate y cocina alguna de ellas.